07 enero 2009

La luna, las estrellas, tú y yo.


Llega la mañana cada día y lo primero que aparece en mi mente consciente es tú recuerdo. No se trata de una imagen de tú rostro o tú cuerpo, si no más bien una idea de luz, cariño, ternura, felicidad y amor. Es entonces cuando busco desesperadamente eso que me hace sentir más cerca de ti, lo acaricio y le doy un beso pues para mi no hay posesión más especial.

Pasan las horas y entre cada cadena de pensamientos encuentro tú recuerdo.
"Trabajo, trabajo, vida, tú, tú, tú, vida, trabajo, tú, tú...". No sé cuanto tiempo me vaya a durar pero creo que no será poco, incluso aunque quizás no sea lo más adecuado; pero a estas alturas ya he entendido que a mi corazón no lo controlo yo y que es mejor hacerle caso pues para el cada latido por ti son mil años.

Llega la tarde como una sorpresa pues me despierto con sentimientos claros pero con los sentidos confusos. Al abrir mis ojos me encuentro algo que no esperaba pues en mis sueños solo existías tú e inmediatamente sentí esa imperiosa necesidad de estar a tú lado, de mirar a tus ojos, de verte sonreír, de oír el canto de tú risa y de abrazar tú cuerpo con caricias.

Pronto llegará el momento y escucharé tú voz; estaré inquieto y nervioso intentando no perder el más mínimo detalle de los sonidos, las palabras y los sentimientos que a través de la distancia sin duda me harás llegar. Y despertaré realmente a la vida aunque sea por unos minutos hasta que regrese al sopor de tú ausencia.

Me iré a dormir durante las horas que más me gustan y veré tú rostro reflejado en la luna y en Venus... pensaré entonces en la pequeña "lucero" y volaré en el viento hasta llegar a la cima del mundo donde todo parecía distante y nuestro amor tan grande.

Ahora mismo me pierdo en recuerdos de días, tardes y noches junto a ti... porque solo los recuerdos me quedarán hasta que el universo conmigo otra vez quiera conspirar.

05 enero 2009

Nubes lenticulares

Las nubes lenticulares (Altocumulus lenticularis) constituyen una de las formaciones nubosas más sorprendentes de la Naturaleza. Sólo se forman ocasionalmente en regiones montañosas, y debido a su curioso aspecto de disco muchas veces se las ha confundido con OVNIs o platillos voladores.



Estas nubes son estacionarias y suelen pertenecer a las formas cirrocúmulo, altocúmulo y stratocúmulo.

Al fluir el aire húmedo sobre una montaña o cordón montañoso, se producen corrientes de ondas de aire estacionarias a gran escala, sobre las que a veces se forma una nube lenticular, que suele permanecer en posición estática y aislada con respecto a las demás nubes. Ello le otorga una apariencia todavía más extraña.

Entre los montañistas estas nubes son consideradas como presagio de tormenta y los pilotos de aerolíneas las evitan debido a la turbulencia creada en los sistemas de rotor.