09 febrero 2012

Cuando las cosas se hacen mal


A pesar de que los enfrentamientos entre los indígenas panameños y la "policía" panameña han acabado el sentimiento de pesar por lo ocurrido (las víctimas, la represión, las mentiras y demás), es para mí algo que va a permanecer conmigo durante toda la vida. Esta vez me toco ser un espectador más y por suerte para mí y mi familia lo poco que me afecto fue la sensación de rabia e impotencia al ver como nuestros llamados gobernantes pasaban por encima de los derechos de todos los panameños al desoír y querer imponerse a la fuerza sobre los reclamos del pueblo.

Para mi está claro que esto no es ninguna manipulación de grupos opositores, los hechos se dieron como se dieron, si bien he de reconocer que personas con pocos escrúpulos han intentado aprovechar la situación para hacer política o atacar más al gobierno.

El gobierno panameño encabezado por Ricardo Martinelli se ha propuesto a hacer las cosas a la fuerza y como ellos quieren, sin respetar las voces del pueblo que los eligió; las intransigencias que se han sucedido desde que el gobierno tomara posesión son numerosas, las malas maneras han estado al orden del día, las mentiras, prepotencia e hipocresía son la carta de presentación de muchos miembros del gabinete (sí, el Sr.  Mulino no es el único), y las decisiones sin sentido en distintas situaciones hacen que me sienta avergonzado de nuestros dirigentes más que ningún gobierno anterior.

No puedo desmeritar las cosas positivas que el gobierno ha hecho como el Metrobus, la construcción del metro, el apoyo a la policía nacional con equipo y aumento de salarios para que cumplan mejor su labor, las inversiones que han traído y demás, definitivamente aportan mucho de lo que hace tiempo veníamos necesitando; sin embargo no todos los avances son frutos de su gestión, mucho ha tenido que ver las gestiones anteriores que de una u otra forma han ayudado a que nuestra economía este en crecimiento y a que proyectos como la ampliación del canal y el puente centenario nos vayan a ayudar a seguir creciendo.

Repruebo enérgicamente el manejo de la situación por parte del Sr. Ricardo Martinelli, a mi concepto al ser el presidente de la Republica debe ser un ejemplo para el resto de panameños y a hoy en día nunca lo ha sido. Pienso que de haber hecho un viaje a la ciudad de David y haber estado a la disposición del dialogo desde un principio, todos los hechos lamentables que se sucedieron pudieran haber sido evitados. Muchos dirán como yo también digo algunas veces que el presidente no debe estar atendiendo cualquier reclamo que se le haga, para eso efectivamente hay otros funcionarios a los que se debe acudir y que deben cumplir con sus obligaciones, sin embargo en este caso debido a los hechos ocurridos en el pasado (las manifestaciones en Bocas del Toro, los llamamientos y reclamos que los indígenas le hicieron en múltiples ocasiones de manera pacífica pero que decidió obviar), le hacen a él directamente responsable de que las cosas se salieran de control. Errar es de humanos, lo que no es de humanos es hacerlo a posta y sin preocuparte por las consecuencias para con los demás. La libertad de cada uno termina donde empieza la del otro.

Ya basta! Mi voz como la de la gran mayoría del pueblo EXIGE un alto a tanta arbitrariedad, a las mentiras, a las manipulaciones, a la represión, a la falta de respeto hacia el pueblo y sus derechos. Sr. Martinelli, usted y su gobierno no van a hacer lo que les da la gana con nuestro país, así sea que tenga que darle mi vida a mi patria como tantos panameños antes, ni yo ni muchos otros vamos a permitir que nos pisoteen y nos lleven por un camino que se asemeja a un abismo peligroso.

Solicito abiertamente investigaciones sobre todo lo acontecido en los últimos días, empezando por las muertes ocurridas, el uso de fuerza desmesurada por parte de la policía, el ataque sin cuartel a manifestantes incluso cuando intentaban recibir atención médica, las escuchas telefónicas (que son una violación a nuestros derechos), el corte de las comunicaciones efectuado sin razón de peso alguna, el que los representantes del gobierno no llegaran inicialmente como se acordó (leer entrevista a monseñor José Luis Lacunza), el que se ignore los estudios de impacto ambiental y recomendaciones hechas por estamentos internacionales como el BID en cuanto a la minería y creación de hidroeléctricas, y que se aclaren las múltiples declaraciones sin sentido por parte del gobierno que después se han probado no fueron más que mentiras (entiendase el Sr. Mulino).

Mi única recomendación hacia el presidente es que despierte y trabaje de verdad por Panamá y no por sus propios intereses personales y de sus allegados. También le recomendaría la destitución inmediata del ministro de seguridad ya que ha mostrado más que de sobra su incompetencia para ocupar el cargo (no creo que nadie excepto él y sus allegados se sientan seguros con él en el puesto).

No tengo ninguna afiliación política, para mí no tiene sentido porque sería convertirme en todo lo no quiero ser, por lo cual lo que escribo es mi opinión de ciudadano de a pie y panameño que soy (un joven trabajador con metas, ilusiones y ganas de un mejor futuro). Toda la responsabilidad de este texto recae sobre mi persona.

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